Alicia-Brizzio |
Esta manía de saberme ángel,
sin edad,
sin muerte en qué vivirme,
sin piedad por mi nombre
ni por mis huesos que lloran vagando.
¿Y quién no tiene un amor?
¿Y quién no goza entre amapolas?
¿Y quién no posee un fuego, una muerte,
un miedo, algo horrible,
aunque fuere con plumas
aunque fuere con sonrisas?
Siniestro delirio amar una sombra.
La sombra no muere.
Y mi amor
sólo abraza a lo que fluye
como lava del infierno:
una logia callada,
fantasmas en dulce erección,
sacerdotes de espuma,
y sobre todo ángeles,
ámgeles bellos como cuchillos
que se elevan en la noche
y devastan la esperanza.
Esta mania de me saber anjo,
sem idade,
sem morte para a qual viver,
sem piedade por meu nome
nem por meus ossos que choram vagando
E quem não tem um amor?
E quem não goza por entre amapolas?
E quem não possui um fogo, uma morte,
um medo, algo horrível,
ainda que fira com plumas,
ainda que fira com sorrisos?
Sinistro delírio amar uma sombra.
A sombra não morre.
E meu amor
só abraça ao que flui
como lava do inferno:
una loja calada,
fantasmas em doce ereção,
sacerdotes de espuma,
e sobretudo anjos,
anjos belos como lâminas
que se elevam na noite
e devastam a esperança.
Alejandra Pizarnik